DesconFIA (II)

Colectiva

DesconFIA (II) Una curaduría de Suwon Lee y Luis Romero. 
Texto de Lorena González.

Junio 2007
Desconfiar es un mecanismo personal a través del cual se manifiesta recelo, desesperanza o disconformidad por algún asunto, proceso o persona en particular. En Argentina se trata también de un juego de naipes, el cual se inicia repartiendo una carta a todos los jugadores. El jugador que comienza la partida coloca boca abajo una o varias cartas mientras le comunica al resto de los jugadores su propia hipótesis sobre el número, detalle y color de las barajas que va colocando tapadas. Si alguno de los otros jugadores desconfía de la veracidad o legitimidad de las asignaciones sobre el contenido de las cartas que va lanzando el jugador principal, tiene el derecho de contenerlo a través de la locución: ¡Desconfío! El jugador principal tendrá entonces que mostrar las cartas. Si el principal está en lo cierto, el desconfiado deberá cargar con todas las cartas que hay sobre la mesa, si miente, el desconfiado quedará libre y él deberá ocuparse del mazo que se acumuló durante la ronda.

En torno a naipes mezclados, turnos, teorías impuestas, hipótesis, cartas tapadas, locuciones, realidades acalladas, acciones, jugadores principales, revelaciones, jugadores secundarios, encrucijadas y mazos acumulados, es como en esta ocasión el colectivo Oficina N°1 se presenta desde Periférico Caracas, con una propuesta que pone en diálogo diversos trabajos de artistas colombianos y venezolanos, quienes se han organizado como paralelo disonante (DES –separado- y CON-apegado-) a todo el acontecimiento plástico que se sucede en la XVI edición de la Feria Iberoamericana de Arte de Caracas (FIA) .

En cierta forma los guía la desconfianza, entendida en todos sus sentidos. Distancia y recelo enunciado en su primer prefijo, apego y compañía enunciado en su segundo y la convergencia de todos los enunciados que podríamos atisbar en la palabra FIA, por un lado, siglas de la ya nombrada feria caraqueña -lugar de reunión y difusión de la actualidad del arte iberoamericano-, y por otro lado, palabra que responde a las categorías relacionadas con el acto de la fianza: el que fía, se compromete a cumplir o pagar lo que otro prometió acometer. De este modo, entre las muchas variables y juegos que encierra este título con el cual Oficina N°1 ha querido designar los límites y alcances de esta muestra, prevalece el enraizarse en la intención de poner en evidencia ciertas cartas que los lugares legítimos e institucionalizados de difusión e investigación del arte contemporáneo no han querido revelar.

Para ello, han reunido un grupo de intercambio entre artistas colombianos y venezolanos. Este encuentro, bastante citado por los discursos contemporáneos ha sido convocado bajo la perspectiva de un desarrollo de alguna forma inusual; es decir, con la intención de poner en escena -sin los estereotipos en los que las miradas hegemónicas han encerrado las cercanías en el desarrollo del arte venezolano y colombiano - un grupo de trabajos que intentan visualizar a través de sus propias dudas y certezas, nexos y distancias, familiaridades y abismos, los testimonios de cada una de sus propuestas; así como el lugar que ellos mismos tienen dentro de la producción actual de sus países y frente a las fronteras que les rodean.

El espectro colombiano abarca la producción de artistas provenientes de diversas regiones. Gabriel Castillo y Rolando Cerón de Cúcuta son artistas que trabajan juntos y que esperan en un futuro concretar un vuelo ficticio entre Cúcuta y San Antonio del Táchira, para desde los problemas, distancias y cercanías de nuestras fronteras, trazar el perímetro de un vuelo que geográficamente duraría 16 minutos, pero que en realidad por problemas de aduanas y seguridad fronteriza, podría tomar más de tres cuartos de hora. En este caso, Castillo participa en DESCONFIA con una pieza que coincide con la Copa América donde expone varios huevos pintados como un balón de fútbol sobre un cartón de huevos, también pintado de verde, y con la pieza gráfica La nueva CH trama incisiva de juegos gráficos y verbales. Rolando Cerón, por su parte, muestra una pequeña selección de la gran serie de fotografías que titula Cenefa, imágenes tomadas de su televisor que va montando en una larga tira, pequeñas fotografías que atrapadas en un formato tan doméstico como la cenefa, revelan esa especie de serialización ficticia que compone el día a día de nuestras realidades. Desde Barranquilla, el colectivo Indocumentado quienes indagan en problemáticas, temas y estrategias relacionadas a la violencia como el contrabando, la guerrilla y los paramilitares, exhiben afiches y franelas donde incluso el soporte se carga de un material político ya que las piezas que imprimen provienen exclusivamente de mercados ilegales como Maicao. *(1) Igualmente, junto a las propuestas de Gabriel López de Medellín, farmaceuta que pinta por hobby franelas inspiradas en carátulas de discos, o del bogotano Santiago Monge quien escamotea en las imágenes del bestiario medieval para construir híbridos donde mezcla personajes míticos, animales y símbolos de la cultura pop, está también el trabajo de Juan Pablo Echeverri, quien presenta una propuesta sobre las problemáticas actuales de la identidad, completando un retrato múltiple de imágenes de sí mismo que obsesivamente ha recopilado durante varios años.

En el caso de Venezuela son nueve las propuestas en exhibición, Johnatan Machado participa con Los malabaristas piezas donde a través de viniles plásticos y papel contact sobre madera, descontextualiza y reinterpreta las posibilidades de representación tradicionales de la pintura, frente a propuestas como la de los artistas marabinos Ángel González y Christian Vinck, quienes escamotean en los signos, esquemas y elaboraciones regionales de su cultura geográfica y social. La resemantización desconcertante e irónica de las piezas de Macjob Parabavis y sus críticos mensajes formativos también estarán presentes junto a la propuesta de Ghetto creativo, colectivo de diseño, arte y moda que en este caso pintarán a escala un gran mural con la imagen emblemática La cabeza de Bolívar, usada en todas sus creaciones. En la misma línea de acción el trabajo de Luis Romero presentará una reflexión sarcástica sobre la próxima conversión de la moneda venezolana; en su propuesta, Romero firmará unos fuertes (moneda venezolana de 5 bolívares) y los venderá a cincuenta mil bolívares en series de veinte. Con este gesto Romero reinvierte la ficcionalización del proceso de devaluación de la moneda venezolana que propone quitar tres ceros para hacer presente una economía aparentemente más sólida. Suwon Lee nos mostrará un video titulado Las palabras se las lleva el viento, donde con un artificio tan sencillo como las pompas de jabón, intenta reflejar la situación de incomunicación actual derivada de la aguda polarización política que se vive en Venezuela. Otros artistas como el performancista Ignacio Pérez presentará imágenes de la intervención titulada Mi primer largo viaje, en tanto que Iván Candeo muestra un video en tiempo real, donde un grupo de ratas devoran una imagen impresa del famoso cuadro del pintor decimonónico Arturo Michelena titulado Miranda en la Carraca, cuestionando con ello las formas contemporáneas de institucionalización histórica y estructuración de lo real que nos impone el consumismo actual de producción y difusión de imágenes como lecturas oficiales de la verdad, la historia y la realidad.

Paralelamente a este grupo de artistas, la propuesta exhibe publicaciones alternativas colombianas, venezolanas y de otros países, convocando también la participación de la artista uruguaya Ana Laura López y el galés Richard Owen quienes proponen varias pancartas con frases como Yo soy una mujer y Yo soy un hombre, lemas que cada espectador puede sostener entre sus manos para fotografiarse, respondiendo con ello a necesidades individuales urgentes que los esquemas de poder y de administración de categorías universales han solapado mediante la estructuración de “mayorías” y “minorías” reconocidas.

De este modo, Oficina N°1 espera suspender la apuesta no sólo de uno sino de varios jugadores principales que han venido controlando distintas rondas de nuestra historia política y cultural; la intención, es que a través de este gesto se puedan comenzar a reunir nuevas relaciones, medidas, confrontaciones y estrategias de lo que se manifiesta en el horizonte velado de la producción artística más actual. Ofrecer una visibilidad posible a estos artistas es parte del juego, así como poner en escena las problemática que cada uno de ellos también dibuja con el propósito de desestabilizar los lineamientos tradicionales del desarrollo político, económico y cultural de nuestras realidades. Quién quedará libre, quién se llevará los acumulados y finalmente quién tendrá la última palabra sobre las rondas furtivas y los mazos ocultos que hemos dejado pasar por alto -en las hondas zanjas y abismos históricos de nuestras historia cultural- es un asunto tal vez muy oscuro y muy largo, que esperará siempre por nuevas exhortaciones y locuciones. Sin embargo, tal vez desde pequeñas construcciones como DESCONFIA podamos comenzar a trazar las líneas de ese nuevo relato, de esa historia “otra” que aún espera su turno: acecho y revelado en el juego complejo de los dobles, las cartas, los mazos, las distancias, los olvidos, las dudas y las aseveraciones…

Tal vez.